La conservación de los limones abre una vía completamente nueva en términos de sabor.

La combinación de sal, jugo de limón y el tiempo suaviza y rompe la piel del limón y la convierte en una golosina aromática y fuerte.

Puedes comprar limones en conserva en muchas tiendas o puedes hacerlos tú mismo, pero ten en cuenta que se necesita tiempo: dos o tres semanas de conservación para que los sabores se desarrollen por completo.

La técnica requiere hervir rodajas finas de limón con jugo de limón y sal, luego mezclarlas en un procesador de alimentos hasta obtener una pasta espesa. El resultado final se conserva durante semanas en el frigorífico.

Ingredientes

1 limón grande, con los extremos recortados, cortado en rodajas finas de 1/4 de pulgada, sin semillas

4 cucharadas de jugo de limón

1 cucharada de sal

Método

Combine todos los ingredientes en una cacerola pequeña a fuego medio-alto. Cocine a fuego lento hasta que la sal se disuelva, de 1 a 2 minutos, luego baje el fuego a medio-bajo.

Tape y cocine hasta que las cáscaras de limón comiencen a verse translúcidas, aproximadamente 12 minutos. Deje enfriar un poco, luego transfiera a un procesador de alimentos y mezcle hasta que quede suave y espeso. Agrega una cucharada de agua. si necesita diluir la mezcla; el resultado debe ser una pasta untable.

Transfiera la pasta de limón en conserva a un recipiente hermético y, si no se usa inmediatamente, vierta una fina capa de aceite de oliva por encima. Cubra y mantenga refrigerado por hasta 2 semanas.