Hace mucho tiempo, los buscadores de India reconocieron a julio como el mes que mejora la reflexión sobre la relación entre el alumno y el maestro espiritual.

Es la época de la luna cuando la Tierra demuestra la abundancia de vida y sus habitantes la celebran. En este mes, podemos recordar a nuestra madre como nuestro primer maestro, a nuestro padre como nuestro segundo maestro y a todos los maestros que han apoyado su madurez espiritual.


A menudo vienes a mí y me preguntas:
¿Qué es un maestro espiritual?
¿Cómo debo comportarme frente a un maestro espiritual?
¿De qué se trata realmente la relación alumno-profesor?


En esta cultura, no tenemos un modelo de cómo seguir este tipo de relación. En realidad, no es posible tener un modelo porque es una relación fresca y espontánea. Cada maestro y cada alumno aportan una alquimia única, una forma única de interactuar que va mucho más allá de los modelos o las interpretaciones. El maestro, como representante de lo divino, y el estudiante, como aspirante que busca explorar las facetas del Ser, es de hecho el único modelo relevante. Esta relación te acerca a quien eres.


Revisemos ciertos pasos que ya ha vivido o que está listo para incorporar más profundamente.


¿Quién aspira a descubrir el Ser?
«El que sufre de incompletitud y mira hacia adentro aspira».
Comencemos con algunas preguntas básicas:
¿Qué es un aspirante espiritual?
¿Quién es un estudiante espiritual?
¿Cuáles son las dinámicas y las etapas por las que pasa un estudiante espiritual?


Que la exploración de estas preguntas amplíe su perspectiva de las expectativas que el maestro tiene de usted y su propia posición frente a las enseñanzas. Si miras desde esa perspectiva, tendrás más claridad sobre tu posición, tu aprendizaje y las expectativas que tienes de ti mismo, donde algunas expectativas son realistas y otras no.


Buscar es una actitud preciosa. Es una disposición rara. Es una llama interna que adora toda la creación. En humanos, un buscador es una autoconciencia en evolución. Es una comprensión de la necesidad de ir hacia adentro, actuar desde dentro y encarnar los misterios infinitos del Ser.


El buscador tiene muchos pasos en el camino para madurar su viaje interior, y muchos se engañan con los colores de cada uno de sus pasos.
El buscador no solo tiene pasos a seguir, sino cualidades que vale la pena revisar.


El buscador puro es uno con una sed inquebrantable de morar en una gracia divina junto con una curiosidad, una voluntad de aprender y la fuerza para sacrificar sus propios conceptos mentales. El cuerpo físico es saludable y mantenido por un estilo de vida equilibrado. Este buscador puro también tiene un coraje inquebrantable para desafiar y romper sus propias cadenas y comodidades sociales e internas.
Este tipo de buscador es maduro en no comprometer su verdad, y se establece en la devoción al auto-compromiso y la auto-indagación. Principalmente y más importante, este buscador es capaz de ver lo que es falso, no lo toma como algo personal y no busca modificar sus formas. Este buscador tiene autocompasión y aplica las leyes del perdón y la unicidad: soy lo que soy.
Este tipo de buscador es raro y solo surge después de muchas vidas en el camino de la auto-liberación. En consecuencia, este tipo de buscador realiza cambios sociales porque son capaces de mantenerse firmes en sus propias capacidades y respuestas.
El buscador puro ve al maestro como un punto de referencia, y como una inspiración y fuente de verdad.


El buscador vacilante es aquel que tiene un deseo interno de mejorar su Ser, conocerse a sí mismo, pero no es capaz de proclamar al 100% en su vida, su revolución interior. Este tipo de buscador suele estar motivado por la culpa y no sentir que lo que son es suficiente. Este tipo de buscador tiene una agenda autoimpuesta hacia un código de perfección. Son capaces de dar pasos para comprender las leyes internas, estudiarlas y hacer cambios personales en lugar de cambios centrales. Los cambios personales se refieren a pequeños ajustes que puede hacer a su personalidad y comportamiento, mientras que los cambios centrales requieren que deje totalmente cualquier identificación.


Al buscador vacilante le gusta darse una vuelta por las enseñanzas y los maestros como una forma de distraerse del pleno compromiso y responsabilidad.


El buscador vacilante está, en cierto modo, en un estado de limbo; saben lo que hay que hacer, pero debido a la falta de confianza en sí mismos, permanecen conformados y consolados por lo que tienen. El buscador vacilante sufre mucho de esta dualidad consciente o inconsciente que solo puede eliminarse con elecciones claras, compromiso y coraje.
El buscador vacilante ve al maestro de una manera dual: el maestro es una amenaza para sus conceptos mentales establecidos o una fuente de conocimiento inspirador. La relación oscila entre inconsistencia y profundidad.


El buscador desesperado está motivado a entrar por incomodidad, dolor emocional, adicciones, transiciones o enfermedades. Este tipo de buscador toca los conceptos básicos de las dimensiones internas. Están felices de obtener alivio de sus molestias emocionales o físicas y son capaces de mantener un cierto estilo de vida que mantiene la autoconciencia. Tienen el impulso de aprender, hacer cambios radicales y comprometerse con las enseñanzas hasta que su incomodidad desaparezca o se vuelva más fácil. Se desaniman fácilmente si no experimentan cambios inmediatos y ven al maestro como un salvador. El buscador desesperado necesita tener paciencia y compromiso a largo plazo para ganar fuerza interior y una mejor comprensión de su viaje interior.


El buscador de sueño no es consciente de sus necesidades y responsabilidades internas. Viven en el mundo externo, tal vez en la felicidad o el descontento, pero no son conscientes de sus necesidades internas.


Todos los buscadores experimentan la atracción inevitable del mundo interior. Todos nosotros, en cualquier etapa de nuestra búsqueda interior, sentimos la atracción magnética de la vida interior. Como buscador, es nuestro deber honrar esa atracción y satisfacerla con los requisitos adecuados.


En algún momento, el buscador reconocerá que la atracción externa de la vida necesita la amabilidad, amistad y el complemento del ser interno. El buscador llega a comprender la danza de lo interno y lo externo, sus leyes, sus peticiones y su unidad.


El buscador llega a la pregunta fundamental: ¿qué soy yo?
El buscador es inevitable, está vivo en todos nosotros y busca renacer.